En los últimos años, Bolivia ha enfrentado un grave desafío ambiental: la disminución drástica de los niveles de agua en sus ríos amazónicos. Este fenómeno, exacerbado por el cambio climático, la deforestación y la sequía, está causando efectos devastadores tanto para los ecosistemas como para las comunidades indígenas que dependen de estos ríos.
La principal causa de la baja en los niveles de agua es el impacto del cambio climático, agravado por el fenómeno de El Niño, que intensifica las condiciones de sequía. La deforestación descontrolada, que afecta grandes áreas del Amazonas boliviano, contribuye también a la disminución del agua, ya que los bosques juegan un papel vital en la regulación del ciclo hídrico.
La reducción de los niveles de los ríos afecta gravemente la biodiversidad. Muchas especies acuáticas ven sus hábitats reducidos, y los ciclos de vida de animales como los peces se ven alterados. Este cambio también genera la muerte de especies debido a la falta de oxígeno en aguas estancadas y a la mayor concentración de contaminantes, como el mercurio, que proviene de la minería ilegal.
Para las comunidades locales, especialmente las indígenas que dependen de los ríos para su subsistencia, la situación es crítica. Estas comunidades utilizan los ríos no solo como fuente de agua, sino también como medio de transporte y para la pesca. La sequía prolongada ha dejado muchos ríos intransitables, afectando la economía y la disponibilidad de alimentos y agua potable.
Más allá del impacto ecológico, las comunidades amazónicas están experimentando problemas de salud debido a la contaminación del agua. El uso de mercurio en la minería aurífera ha contaminado vastas áreas de la cuenca amazónica, afectando a pueblos indígenas como los Esse ejja y los Tacanas.
Es fundamental que el gobierno y las organizaciones ambientales implementen medidas inmediatas para mitigar estos efectos. La conservación de los bosques y la regulación de la minería son pasos esenciales para proteger tanto el medio ambiente como la vida de las comunidades que dependen del agua.
Cecasem, como organización que lucha por los derechos humanos y el bienestar de las comunidades vulnerables, debe continuar promoviendo la sensibilización sobre este tema y buscando soluciones colaborativas con otras instituciones y el gobierno.
Fuentes: El País Taria, Infobae y Los Tiempos.