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Este país ingresó a una nueva etapa de discusión legislativa sobre una transformación histórica: la reducción de la jornada laboral de 48 a 40 horas semanales. El proyecto presentado por la Secretaría de Trabajo plantea un esquema progresivo que comenzará en 2027, recortando dos horas por año hasta alcanzar la meta en 2030, sin afectar salarios ni prestaciones.
El secretario de Trabajo, Marath Bolaños, afirmó que la medida busca “devolver tiempo de vida a los trabajadores”, asegurando que tener más horas libres es parte de un modelo de bienestar “material y espiritual”. El Gobierno destacó que la propuesta responde a un diálogo de cinco meses con sindicatos, empresarios, organizaciones civiles y académicos.
La iniciativa incluye cambios claves: las horas extra serán voluntarias, pagadas al doble, con límites estrictos de 12 horas por semana, máximo cuatro diarias y prohibidas para menores de edad. Se implementará un registro electrónico de jornada laboral para garantizar que no haya abusos y se fiscalice el cumplimiento.
Aunque la reforma se alinea con modelos de productividad presentes en países nórdicos, no está exenta de cuestionamientos. La diputada Patricia Mercado criticó que el proyecto no contemple un segundo día de descanso obligatorio, lo que mantendría semanas de seis días laborales con jornadas más cortas, pero sin un verdadero alivio para quienes enfrentan largas horas de traslado, tareas domésticas acumuladas y falta de tiempo para formación o recreación.
Según estudios citados por el Gobierno y la Organización Internacional del Trabajo (OIT), la reducción laboral tendría beneficios directos en la salud física y mental, la disminución de accidentes laborales y el equilibrio familiar, además de un incremento en la productividad empresarial. Datos oficiales muestran que 13,4 millones de personas trabajan más de 40 horas semanales en México y serían beneficiadas de manera directa.
La discusión continuará en comisiones durante las próximas semanas, donde se analizarán impactos sectoriales y ajustes finales antes de ser llevada al Senado. Mientras tanto, la reforma abre un debate nacional sobre el valor del tiempo libre y el futuro de las jornadas laborales en México.
Por: Joel Poma Chura - Comunicación Cecasem
