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El Gobierno adelantó que en febrero presentará un nuevo Presupuesto General del Estado (PGE) con enfoque “efectivo y eficiente”, como paso previo a la redistribución 50/50. Aunque la promesa de campaña no podrá aplicarse el 2026, el ministro de Economía, José Gabriel Espinoza, afirmó que dicha redistribución ya comenzó a trabajarse como una transformación estructural y no como una medida inmediata.
Espinoza explicó que la implementación del 50/50 requiere una modificación profunda de leyes tributarias, de competencias y de manejo presupuestario, por lo que se convertirá en un proceso de transición normativa, territorial y económica, que involucra al Congreso y a actores productivos del país.
Asimismo, el ministro confirmó que el Gobierno asumió una administración “con restricciones financieras heredadas”, pero garantizó que no se suspenderán servicios públicos ni se afectará el cumplimiento de obligaciones del Estado durante el periodo de ajuste. El nuevo presupuesto, a presentarse en febrero, será la primera señal del cambio hacia un modelo menos centralizado y orientado al protagonismo de regiones, emprendedores, pequeños productores, trabajadores informales y cooperativas.
La propuesta del 50/50 transforma la distribución histórica del presupuesto boliviano, donde el nivel central concentra actualmente más del 80% de los recursos. Según el Gobierno, la descentralización será progresiva y acompañada de reformas que impulsen una economía abierta, competitiva y cercana al mercado, bajo el principio de “capitalismo para todos”.
Por: Joel Poma Chura - Comunicación Cecasem
