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El sector arrocero de Santa Cruz y Beni declaró estado de emergencia tras confirmar el ingreso de más de 650 toneladas diarias de arroz de contrabando desde Argentina y Paraguay, un volumen que, además de desplazar a la producción nacional, estaría llegando al consumidor sin controles sanitarios y mezclado con arroz boliviano con marcas falsificadas, según denuncias de productores e investigadores del sector.
La denuncia fue formalizada por el Comité de Defensa del Productor (Codepro), que este lunes enviará una solicitud urgente de reunión al viceministro de Lucha Contra el Contrabando, José Maurice Castro. Los productores exigen medidas inmediatas, asegurando que, si la situación persiste, el abastecimiento de arroz boliviano podría colapsar en febrero, cuando finalice la campaña de cosecha.
El presidente de Codepro, Edward Condo, advirtió que los contrabandistas estarían pagando aproximadamente Bs 50.000 para permitir el ingreso de camiones cargados, los cuales eluden controles de la Aduana y el Senasag. Condo afirmó que el mercado se está saturando, provocando un desplome de precios que pone en riesgo la nueva cosecha ya iniciada con costos de producción elevados.
Además del impacto económico, el sector alerta sobre un riesgo sanitario para las familias bolivianas. La investigadora y exgerente de Fenca, Ana Isabel Ortiz, aseguró que el arroz ilegal no cuenta con ningún control de inocuidad, llega con impurezas, elementos extraños, olores y posibles contaminantes, lo que “puede poner en riesgo la salud de los consumidores”.
Ortiz explicó que entre el 20% y 30% del arroz que circula en el país sería ilegal, lo que equivale a 150.000 a 200.000 toneladas anuales. El arroz extranjero estaría ingresando en bolsas blancas que luego son selladas en el país con marcas bolivianas falsificadas, práctica que no solo engaña al consumidor, sino que perjudica directamente a los ingenios nacionales.
Por su parte, Fernando Romero, presidente de Adepo-Beni, señaló que la caída de precios internacionales ha incentivado la “reventa disfrazada” del arroz argentino. “Llega de tercera, pero es vendido como si fuera de primera”, afirmó, cuestionando que algunos comerciantes estarían aprovechando la diferencia de precios para obtener ganancias a costa de productores y consumidores.
Los productores sostienen que, si no existe una respuesta inmediata, se verán forzados a asumir “medidas extremas”, recalcando que la producción nacional está en riesgo pese a una campaña iniciada con costos altos debido al tipo de cambio, los insumos y el combustible. “No vamos a trabajar a pérdida”, indicaron.Mientras el Gobierno asegura que trabaja por la seguridad jurídica y protección del productor, el sector arrocero advierte que la urgencia no puede esperar: el arroz boliviano, la salud de los consumidores y miles de empleos dependen de acciones inmediatas.
Por: Joel Poma Chura - Comunicación Cecasem
