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La creciente necesidad de enfrentar el calor extremo ha puesto a la refrigeración sostenible en el centro del debate global. El nuevo informe Global Cooling Watch 2025, presentado por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) durante la COP30 en Belém, introduce un enfoque novedoso: la refrigeración ya no es solo una herramienta tecnológica, sino un servicio esencial para la vida, al nivel del agua o el saneamiento, y un pilar estratégico para enfrentar la crisis climática.
El estudio alerta que, si el mundo mantiene la tendencia actual, la demanda de refrigeración podría triplicarse de aquí a 2050, impulsada por el incremento de las olas de calor, el crecimiento poblacional y el acceso masivo a equipos ineficientes en hogares de bajos ingresos. Esto elevaría las emisiones del sector hasta 7.200 millones de toneladas para mediados de siglo, prácticamente duplicando los niveles alcanzados en 2022.
El enfoque innovador del informe radica en demostrar que la transición hacia sistemas híbridos, soluciones pasivas y tecnologías de bajo consumo no solo reduciría emisiones, sino que permitiría ahorros globales superiores a los 43 billones de dólares. Casi dos tercios de estas reducciones tendrían lugar antes incluso de cambiar los equipos tradicionales, mediante intervenciones urbanas como sombra natural, ventilación cruzada, tejados fríos o materiales térmicos.
La Ruta de Refrigeración Sostenible propuesta por el PNUMA plantea una reducción del 64% de las emisiones proyectadas. Y, si se acompaña con la descarbonización del sector eléctrico, la disminución podría llegar al 97%, convirtiéndose en uno de los avances más contundentes en la lucha climática global.
Según la directora ejecutiva del PNUMA, Inger Andersen, la humanidad enfrenta un desafío que no puede resolverse con aire acondicionado tradicional. Requiere soluciones que protejan las cadenas alimentarias, las economías locales y a los 3.000 millones de personas que hoy viven sin acceso a refrigeración suficiente para preservar alimentos, medicinas o condiciones básicas de salud.
La propuesta coincide con el avance del Mutirão Contra o Calor Extremo, liderado por Brasil en la COP30, al que ya se sumaron 185 ciudades y 72 países comprometidos a disminuir las emisiones del sector en 68% para 2050. No obstante, el PNUMA advierte que solo 54 naciones cuentan con políticas integrales en refrigeración sostenible, con brechas críticas en África y Asia-Pacífico.
El organismo insta a los gobiernos a considerar la refrigeración como un bien público esencial y a implementar modelos urbanos basados en la naturaleza para construir resiliencia climática duradera.
Por: Joel Poma Chura - Comunicación Cecasem
