La Conferencia de las Partes (COP 16) sobre Biodiversidad, establecida por las Naciones Unidas, se celebrará en Cali, Colombia, del 21 de octubre al 1 de noviembre de 2024. Este evento es clave para evaluar el progreso global en la conservación de la biodiversidad, específicamente en relación con el Marco Global de Biodiversidad Kunming-Montreal adoptado en 2022. Los países participantes presentarán avances en sus Estrategias Nacionales de Biodiversidad y Planes de Acción (ENBPA), abordando también temas críticos como la movilización de recursos y el monitoreo de los ecosistemas.
Este encuentro cobra particular importancia para América Latina, una región gravemente afectada por la pérdida de biodiversidad. Según el informe Planeta Vivo de la WWF, el 73% de la vida silvestre del planeta ha desaparecido en los últimos 50 años, con una afectación del 93% en América Latina y el Caribe. Factores como la minería, la deforestación y la contaminación del agua son las principales causas de esta devastación.
Bolivia, al igual que otros países de la región, enfrenta desafíos significativos. Los incendios forestales recientes en Sudamérica han sido devastadores, matando a más de 10 millones de vertebrados, según el biólogo Vicent Vos, y afectando a una biodiversidad incalculable de invertebrados. Este desastre ha tenido un impacto profundo en los ecosistemas amazónicos.
Bolivia ha expresado críticas hacia las iniciativas globales que buscan comercializar la biodiversidad. El país promueve una visión de “Vivir Bien”, que aboga por una convivencia armónica entre los seres humanos y la naturaleza. Sin embargo, a pesar de este enfoque, activistas y organizaciones denuncian violaciones a los derechos de los defensores del medio ambiente, particularmente en comunidades indígenas que se enfrentan a las industrias extractivas.
El 43.3% del territorio boliviano forma parte de la Amazonía, una región con una biodiversidad excepcional que enfrenta constantes amenazas. La deforestación, impulsada por la agricultura, la minería y los incendios forestales, sigue avanzando sin freno. De acuerdo con el informe La Amazonía contra reloj, el 26% de la Amazonía ha sido degradada, y Bolivia es uno de los países con mayor contribución a este problema.
Diversas organizaciones están proponiendo iniciativas para reconocer a la Amazonía como sujeto de derechos, proteger los recursos en territorios indígenas y establecer mecanismos de financiamiento provenientes del Norte Global. Además, se han hecho llamados urgentes a derogar leyes que ponen en peligro la biodiversidad en Bolivia. A pesar de los esfuerzos establecidos en el Plan de Acción 2019-2030, la crisis climática y las actividades extractivas continúan siendo obstáculos significativos para su implementación efectiva.
Las demandas de la sociedad civil incluyen un mayor acceso a la información ambiental, la participación activa de jóvenes y pueblos indígenas en la toma de decisiones, y una articulación más fuerte entre organizaciones rurales e indígenas. Estas medidas son cruciales para formular estrategias más efectivas que frenen la pérdida de biodiversidad y protejan el futuro de la Amazonía.
La COP 16 no solo será una oportunidad para evaluar el progreso de la conservación, sino también un espacio para que Bolivia reflexione sobre sus desafíos pendientes y avance hacia la protección integral de su vasta biodiversidad.